Habitación 224-A Txagorritxu
Habitación 224 Txagorritxu Las gotas de tormenta que golpean el cristal, no evitan que un rayo de sol se cuele y alumbre la cama desmadejada con el hastío de días. Miro la batea de cartón que recoge el último vómito, y a la calma que empuja la debilidad de tus ojos, tus brillantes ojos ahora traslúcidos, de tus brazos, los de suave piel, lacios. Abandonados de tus impulsos, que languidecen en un futuro para el que no hay tiempo. Te sostiene en la derrota el recuerdo del alimento de un alma sensible, la belleza. Que corre natural, sin esfuerzo, sin impulso, sin afán. Con la madurez indefinida y profunda de su presencia en la postración te salvó, agradecida, la belleza. Ahora que el tiempo gana al vivir el gozo, te apoyas en que la mermada esperanza del continuo aprendizaje, tranquilice en el camino a la melancolía como una luminaria, la belleza. ¡Gatito ven! En el desorientado delirio llamas a “gato”, a “blue